Cuando llegamos había 30 cm de papel higiénico, literal, nada de jabón, toallas... En cuanto a la cocina, un cazo pequeño, la sartén lleva inservible mucho tiempo.
Por último en el momento de la reserva se anunciaba lavadora y, aunque pudimos ponerla, era una odisea porque estaba en su casa y dependías de los horarios de otra gente, para nada es lo mismo que disponer de ella tú mismo.
En la parte positiva la ubicación es excelente, a 5 minutos de la estación de Zaandam, un pueblecito encantador cerca de
los molinos de Zaanse Schans y a 12 minutos de la estación central de Amsterdam, con frecuentes combinaciones tanto a Amsterdam como a gran parte de las ciudades de Holanda.